
Aunque la más célebre preparación del octopus vulgaris sea el pulpo a la gallega, en el otro extremo de la Península Ibérica el pulpo al horno es una de las tapas más codiciadas y con más arraigo de la cocina murciana. No es casualidad que la Ley de Pesca Marítima y Acuicultura de la Región de Murcia establezca un cupo máximo de captura por persona y día, así como períodos de veda para la captura del pulpo debido a su alta demanda por su gran valor culinario.
Una tapa que suele estar presente en la barra de todo bar y restaurante de nuestra tierra que se precie, expuesto sobre una llanda de metal para tentar a la vista y el olfato de todo aquel que se atreva a avecinarse. Gran parte de la culpa del éxito de esta receta se la debemos a dos bebidas alcohólicas fermentadas que le dan ese característico sabor que enriquece el pulpo: el vino y la cerveza. Advertir que, si para su elaboración se emplea alguna de las tres Denominaciones de Origen de vino de la Región (Bullas, Jumilla y Yecla) y la más que institucionalizada “agüica de Espinardo”, la cosa pasa a mayores.
Pese a que en el polbo á feira gallego el pimentón dulce (si es con Denominación de Origen de Murcia mejor) es uno de sus principales y escasos ingredientes, en esta receta murciana esta especia suele brillar por su ausencia. En su lugar, el toquecico cítrico del limón y el golpe de pimienta actúan de sazonadores autóctonos para darle el toque de gracia al pulpico y permiten deleitarnos aún más si cabe con su jugosa carne.
Tierno por dentro y crujiente por fuera, esa es el punto clave para disfrutar de un buen pulpico en nuestra tierra. Eso y emplear las herramientas necesarias para culminar tal suculento ritual: unas tijeras de gran tonelaje para el corte generoso de sus patas, un tradicional palillo de madera para que no se nos escape y un buen limón de nuestra huerta para recordarnos de donde venimos. Solo queda claudicar y dejarse atrapar entre los tentáculos de una de las mayores joyicas de nuestra gastronomía.
Ingredientes para 1 pulpo:
1 pulpo
1 litro de cerveza
1 vaso de vino blanco
1 limón
1 cebolla
1 ajo
Aceite de oliva
Pimienta
Sal
Preparación:
En caso de comprar el pulpo fresco en vez de congelado, en primer lugar hay que limpiarlo concienzudamente. Para empezar vertemos en una olla la cerveza y el vino blanco y ponemos a hervir, entonces escaldamos 3 veces el pulpo y a continuación lo dejamos cocer veinte minutos.
Por último, colocamos el pulpo cocido en una bandeja de horno con los tentáculos hacia arriba junto al líquido sobrante de la cocción, un buen chorrico de aceite, la cebolla y media docena de dientes de ajo y lo asamos todo durante una hora a 180 grados.
Los tiempos tanto de cocción como de asado dependerán del tamaño del pulpo, los indicados aquí son para un pulpo de un kilo. Lo cortamos en trozos generosos y servimos con un chorrico de limón y un golpe de pimienta.
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