Relieves de las mesas de Tudmir: Morcilla de verano

Morcilla de verano. ultreia

Sabemos que estamos finalizando el año y que no son fechas en las que haga un calor prominente en nuestra tierra. Sin embargo, no es menos cierto que en invierno gozamos de temperaturas que se asemejan a las de los veranos de otros muchos lugares del planeta. Razón esta suficiente para tener en cuenta este engañoso a la par que delicioso plato de nuestra gastronomía.

Un plato surgido del ingenio murciano y de su fértil huerta al sustituir el elemento cárnico de la morcilla por la berenjena sin alterarse apenas el sabor o la apariencia de esta receta. El secreto está en que la berenjena al freírse le aporta al plato ese color parduzco tan característico de la morcilla.

Para su elaboración son necesarios ingredientes tan básicos como cebolla, berenjena, orégano, pimienta, sal y aceite. Todo ello sin olvidarnos de los piñones, un elemento característico de la morcilla murciana e imprescindible para culminar tan suculenta farsa.

La morcilla de verano es un plato idóneo para consumir en forma de tapa o entrante al estilo de un pisto o revuelto, siendo altamente recomendable añadirle vino blanco a la cata y consumirlo con abundante pan como arma de apoyo. Una interesante propuesta para todos aquellos vegetarianos y veganos que buscan sabrosas alternativas en sus comidas y cenas.

Esta joyica de plato, tan delicioso como engañoso, es sencillo, jugoso y saludable. Una pieza indiscutible de nuestra gastronomía que pone en jaque a esa alta cocina actual que trata de hacer complicados trampantojos sin saber que el simple secreto está en la huerta.

Ingredientes:

2 berenjenas

2 cebollas

150 gr de piñones

Orégano

Aceite de oliva

1 vaso de vino blanco

Sal

Pimienta

Preparación:

Cortamos la berenjena en dados y la cebolla en juliana. En una sartén con abundante aceite pochamos primero la cebolla y, tras retirarla, en el mismo aceite freímos la berenjena, dejando después esta última reposar un rato sobre papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.

Retiramos el aceite de la sartén y ponemos en ella la cebolla y la berenjena a las que añadiremos el vino, los piñones, un golpe de orégano y una pizca de sal y pimienta. Removemos a fuego lento hasta que se reduzca el vino y tenga ese aspecto tan característico de este plato.

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